A vueltas con la famosa ‘Atlántida’, pués ya le tenía algo de ganas a dicho temita, que ya casi confirma la idea de Einstein con respecto a la Humanidad: “… de lo que si estoy seguro es de la infinito de la estupidez humana” (sic). Porque a uno ya le extraña que tras tanto tiempo y dinero invertido en expediciones inútiles –por el resultado- por todo el mundo, no se haya hallado ni un simple trozo de cerámica que confirme la existencia de tal isla-continente.

Y todo por unos comentarios de Platón en sus diáologos de Critias y Timeo, que luego para postre, ni terminó. Incluso otros posteriores a él hablaban del tema:

Estrabón, Posidonio, Plinio el Viejo, Plutarco, Proclo, Crantor, Plinio (otro), Diódoro Sículo, Claudio Eliano, Eustacio, Teopompo… y de más modernos: Alfonso Reyes Ochoa, Fracisco López de Gomara, Francis Bacon, José Pellicer de Ossau, el mismísimo Julio Verna, Ignatius Donnelly, Helena P. Blavatsky (como no…), Edgar Cayce (todo visiones…), el inefable Heinrich Himmler, el buceador Jacques Cousteau, Spyridon Marinatos (este dice que estaba en Creta…), Angelos Galanopoulos, Adolf Schulten, Juan José Villarias Robles, Sebastián Celestino Pérez y Ángel León (del CSIC… ahí es nada) y de la Universidad de Huelva Antonio Rodríguez Ramírez, Werner Wickboldt, Rainer W. Kühne, Georgeos Díaz-Montexano (anda que iba a faltar este…), Richard Freund, James Cameron (para hacer algo de taquilla, vamos…) la lista es en extremo larga y pesada, así que mejor dejarla aquí.

Y a todo ello: NO han encontrado nada, tan solo flojas pistas sobre el tema y nada más. Bueno… solo para complicarlo todo muchísimo más.

Pero como uno es mente inquieta o “culo de mal sentar” pués como que se me ha ocurrido otra posibilidad que alguno de los miles de autores ya pudo dejar entrever: ¿y si la susodicha islita no estaba en este planeta?. Porque bién puede ser que lo plasmado por Platón y escuchado por su tio materno Solón (causante de todo el lio) podría no ser más que una historia de un remotísimo pasado que con el tiempo se ha desvirtuado, alterado, de tal modo que la realidad solo asoma un poquito en toda la leyenda conocida.

Tal vez en ese pasado remoto la Tierra junto con Vénus y Marte estaban mucho más cerca de nivel orbital y esa antigua civilización, seguramente mucho más avanzada que la nuestra, tenía una tecnología que les permitió instalar colonias en Vénus y Marte, siendo este planeta el que albergaría la indicada por Solón: Atlantis.

Hombre, para soltar gilipolleces no está mal el tema, porque si queremos aundar más en el podríamos decir que incluso las tres pirámides de Gizeh no son más que la representación de los tres planetas indicados cuya distancia entre vertices sería la distancia entre órbitas, y la esfinge no sería más que el propio Sol, por lo cual la distancia de cada pirámide con respecto a dicha esfinge sería la distancia de cada planeta con respecto al Sol.

Y creo que sería Marte el que albergase la Atlántida porque en el Valle Marineris, existen las dimensiones perfectas para la capital de esa “isla”, además tiene la línea de volcanes inmensos justo detrás, siendo el Mons Olympia el mayor de todos (incluso del Sistema Solar), tal y como parece indicarse en los diálogos de Platón.

El canal puede aún verse desembocando desde esa zona hasta lo que podría haber sido el mar de Marte (miradlo en mapas y fotos de Marte, por favor).

Las famosas rocas amarillas, blancas y negras aparecen en el paisaje marciano también.

Y otras cosas más que ha analizado y que tal vez, lo explique en otro artículo del blog.

Por tanto, tendríamos que la “isla” es en realidad “el planeta Marte” y que fue desde la propia Tierra donde salió la colonización de dicho planeta.

Y ahora direis, ¿pero no dice que se hundió en el océano la Atlántida, exacto: en la antigüedad el “espacio” también era llamado “océano celeste” y los planetas de los cuales tenían referencia eran llamado “islas” de forma metafórica. Así que por las causas que fueran (que las tengo casi explicadas…) los tres planetas se separaron y Marte pareció “hundirse en el océano” al distanciarse orbitalmente de la Tierra. En cuanto a la gran cantidad de lodo que dice Platón que quedó “en el mar haciéndolo intransitable”, bien podrían ser restos de asteroides o de un planetoide que impactó con “vaya usted a saber que” en ese cataclismo separador de planetas, dejando el espacio entre la Tierra y Marte cargadito de rocas y polvo… no permitiendo la navegación espacial, vamos “haciéndolo intransitable” al menos durante un largo tiempo.

¿A qué parece otro invento lo que os he dicho?... pués tiene más base que las otras teorías que tanto nos han vendido en todo tipo de formato.

Vaya que no.

Salud y birras.

JULIUS